jueves, 14 de noviembre de 2013

Sacando los trapos al sol.

Por Fabiola Alfaro

A nadie le gusta que le saquen los trapos al sol, menos a aquellas personas que se supone son “integras” y a los cuales se les hace llamar “Padres de la Patria”. Se considera  que la política busca el bien común, una sociedad libre y por consiguiente un ciudadano libre, pero los diputados se han encargado de ensuciarla y hacer que surjan dudas entre la población. 

Con la creación de la Ley de Acceso a la Información Pública (LAIP) como que a muchos les han sacado a secar sus “Trapos” y es que esto está más candente que el mismo sol.

La LAIP establece el derecho de acceso a la información pública y dice que toda persona tiene derecho a solicitar y recibir información generada, administrada o en poder de las instituciones públicas y demás entes obligados de manera oportuna y veraz, sin que te pregunten para qué quieres la información.

Con la creación de la LAIP se pretende la transparencia mediante la difusión de la información, y la rendición de cuentas que promueva la participación ciudadana y el control en la gestión de los recursos que realizan las instituciones del Estado.

Al parecer todo es color de rosas, y no es para menos, tener la oportunidad de poder accesar a cierta información que necesitemos ahora es más fácil. Pero como toda ley salvadoreña, no siempre se cumple y por el contrario se crean para beneficiar a unos cuantos. 
 Y estoy de acuerdo que se haya clasificado esta información, en pública, reservada y confidencial. Lo que no comparto es que cuando se trate de funcionarios o ex funcionarios siempre se quiera esconder algo.

 Un claro ejemplo de esto es cómo a la Prensa Gráfica se le negó datos sobre el seguro de Rodrigo Samayoa. Según se rumoró, Samayoa es el asesor de la bancada de GANA para continuar gozando del seguro médico como empleado del congreso.

 A raíz de eso el pasado 12 de julio, la Prensa Gráfica solicitó a la Oficina de Información Pública (OIP) del parlamento información relacionada con el seguro médico del legislador de GANA y exsecretario de la junta directiva del congreso; sin embargo, la petición fue rechazada.

 “Cuánto ha gastado la Asamblea en concepto de seguro médico en el diputado Rodrigo Samayoa desde el momento que fue desaforado, y si lo hizo fue como empleado o como legislador”, era la información que se requirió a la OIP del congreso.

 La respuesta de esta petición fue: “La Asamblea Legislativa dice que lo solicitado cae en lo confidencial, categoría que solo se aplica para los expedientes médicos y no a gastos, según LAIP”.

Hasta cierto punto estoy de acuerdo pues la ley establece que la información referente a la intimidad personal y familiar, al honor y propia imagen, así como archivos médicos cuya divulgación constituiría una invasión a la privacidad de la persona. Sin embargo, el medio de comunicación antes mencionado, solo quería saber si el seguro de Samayoa era costeado con dinero público. 

Esta ley sin duda tiene su pro y su contra, comparto que se haya dado a conocer cuánto dinero se está invirtiendo en la Radio Legislativa (RL), pero viendo la situación económica del país y la deuda pública que acrecenta cada día más, en injusto que se estén invirtiendo alrededor de $200,000

 Como futura comunicadora apoyo la libre expresión y por supuesto apoyo que se den a conocer las actividades del parlacen pero no que la deuda que tenemos como país crezca aún más ya que este dinero que se está empleando para expandir la Radio Legislativa a nivel nacional proviene de un préstamo entre el Estado Salvadoreño y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que asciende a $300,000

 Mientras miles pasan hambres y cientos y cientos no han tenido acceso a la educación, mientras crecen los niveles de delincuencia en el país y la deuda pública aumenta cada vez más, abonando a eso cientos de problemas más que solo son síntomas de una sociedad enferma y un estado mal administrado, los padres de la patria se dan el lujo de mal invertir el dinero del estado en sus viajecitos por el mundo, haciendo fiestas que ascienden a los $100,000 y mostrando su buen gusto por el arte comprando obras carísimas.

Sin duda quienes pagaremos esto seremos los jóvenes y seguramente un gobierno en 5 años no podrá remediar toda esta situación, es por eso que ahora que estamos a menos de 3 meses de las elecciones presidenciales, es de tomar buenas decisiones para saber elegir al “afortunado” que le corresponda a partir del 2014 estar al mando de la presidencia de El Salvador.




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